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La importancia del ejercicio en la tercera edad



Cuando pensamos en gimnasios siempre nos viene a la mente la misma imagen: Maquinas, colchonetas, música… pero ¿Y l@s usuari@s? Pensamos en público mayoritariamente joven, nunca más de 40 años. La tercera edad no entra en el imaginario colectivo, independientemente de que sea el sector de población que más se puede beneficiar de una vida sana. Que este cuadro cambie está en nuestra mano y debemos ahondar en la idea de que el deporte y la vida sana no son monopolio exclusivo de la juventud.



Salvo excepciones, no es normal que un jubilado se lance a hacer flexiones o abdominales. ¿Qué tipos de ejercicios debes trabajar?

  • Flexibilidad: Yoga o pilates adaptados son una excelente opción para las personas en la tercera edad. A medida que se cumplen años se pierde elasticidad y realizar acciones diarias como hacer la compra o atarse los zapatos se hacen más complicadas

  • Fuerza: Siempre bajo supervisión es crucial fortalecer músculos y articulaciones. Si se toleran bien las pesas (siempre con responsabilidad) se pueden contemplar otras opciones: bandas elásticas, máquinas…

  • Equilibrio: A medida que se cumplen años, el equilibrio se resiente. El tai chi es una buena opción en la tercera edad que, además del equilibrio, mejora los dos puntos mencionados anteriormente.

  • Aeróbico: El exterior no funciona si la maquinaria falla, por eso es necesario fortalecer pulmones y corazón. Trabajar el ejercicio aeróbico: cinta de correr, baile, natación o caminar te ayudarán a envejecer mejor y con calidad de vida.


Ante la duda, busca ayuda

El sedentarismo es el asesino silencioso que afecta a la población, desde niñ@s a mayores, y aunque se puede discutir en qué sector es más grave, la tercera edad sufre las consecuencias de manera inmediata ya que se produce la terrible paradoja de que cuando menos ejercicio se hace, menos se puede hacer por la pérdida de capacidades y mayor es el sedentarismo. Si te has cansado de la vida contemplativa y pasiva, hay solución.

Lanzarse al ejercicio sin unos conocimientos previos de las limitaciones del cuerpo puede derivar en graves lesiones que, en el caso de personas a partir de los 65 años pueden resultar fatales. Un entrenador personal puede suponer la diferencia entre el comienzo de una vida sana o ataques de lumbago. El personal de FITT es experto en asesoramiento a la tercera edad, pásate por nuestras instalaciones en Balmes 109 y verás lo que podemos hacer por ti.


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